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Cosas de mujeres

miércoles, junio 03, 2009

Nutrir nuestro pelo es tarea sencilla

Como últimamente he recibido varios correos -supongo que un poco influenciadas también por una de nuestras últimas entradas que trataba el peliagudo tema del cabello- pidiéndome algunos consejos para mejorar la nutrición de nuestro pelo y viendo que parece ser un problema que preocupa bastante, vamos allá...
Si eres de las que siente que tu cabello está más bien débil, maltratado, o falto de brillo y de nutrientes, he aquí una serie de soluciones simples para ponerle remedio a tamaño desaguisado y conseguir que nuestro pelo luzca otra vez sano y fuerte, soluciones a mitad de camino entre el uso de determinados productos naturales y el seguimiento de una alimentación adecuada:
Utiliza champúes y lociones que contengan el extracto natural de la ortiga. De nombre científico "Urtica Dioica", su uso se remonta a miles de años atrás. Es utilizada para detener la caída del cabello ya que mejora notablemente los cabellos quebradizos porque es muy buena mineralizante. Se aconseja su empleo cuando se produce la caída del cabello y también es muy recomendable en cabellos teñidos o con permanentes.
La nuez es una buena solución para cabellos grasos ya que aporta un equilibrio natural al pelo por contener omega-3 y omega-6. Estos ácidos contrarrestan el colesterol y equilibran los lípidos en la piel. Por tanto, es muy bueno comer de 3 a 4 nueces al día y usar un champú elaborado a base de este fruto seco.
Por su parte, el mijo es un potente protector y regenerador ya que es un cereal que aportará mucho brillo y una gran luminosidad a nuestro pelo. Contiene grandes cantidades de sílice, el cual protege la estructura de nuestro cabello. Su uso será más que conveniente cuando el pelo esté muy castigado por lavados frecuentes, tintes u otros. También lo incorporaremos a nuestra dieta habitual dos veces a la semana.
La levadura de cerveza es también de los mejores suplementos que podemos emplear ya que contiene el alimento que más vitaminas aporta del grupo B, minerales y aminoácidos esenciales para dar brillo y fortaleza al pelo.
Llegadas hasta aquí, esta más que sencilla mascarilla aplicada dos veces por semana puede resultarte como una interesante solución para este problema de la nutrición de nuestro cabello ya que no necesitas ningún producto difícil de encontrar para elaborarla, tan solo una yema de huevo, dos cucharadas de aceite de oliva y finalmente añadir otra de agua tibia: Bate primero la yema del huevo en un recipiente con un tenedor. Agrega, como si estuvieras preparando una simple mayonesa, poco a poco el aceite de oliva y cuando se hayan mezclado bien los dos condimentos solo tendrás que añadir la cucharada de agua tibia porque si ésta está muy caliente sólo conseguiríamos que la yema se cuajase y la mascarilla no sirviese para nada, aunque lo más importante será saber aplicarla bien sobre nuestro cabello antes del lavado habitual. Así, la dejaremos actuar unos veinte minutos para luego proceder a lavarlo como de costumbre hacemos.
Para cabellos secos, mezclar unas treinta gotas de aceite de romero con una taza de avena triturada hasta que ésta absorba completamente el aceite. Espolvorear después el pelo y el cuero cabelludo frotando bien y dejándolo alrededor de diez minutos para a continuación cepillar.
Para cabellos normales, macerar dos cucharadas de cola de caballo con un litro de agua hirviendo durante veinte minutos. Colar y lavar el pelo.
En cabellos grasos herviremos en dos litros de agua las cáscaras de dos limones, dos naranjas y dos pomelos en trocitos durante cinco minutos dejándolo después reposar tres horas. Colaremos para añadir diez cucharadas de jabón duro rallado calentándolo a fuego lento hasta que el jabón se disuelva del todo. Añadiremos seguidamente tres cucharadas de zumo de limón, naranja y pomelo removiéndolo todo bien. Dejaremos enfriar, lo tapamos y guardamos para utilizarlo pasados dos días.