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Cosas de mujeres

domingo, enero 28, 2007

100 años sujetando

El sujetador, la prenda íntima más preciada por hombres y mujeres es ya centenaria. Desde su invención en 1907 por Pierre Poiret todas las féminas del planeta han caído rendidas ante ésta, dejando relegado el incomodo corsé. Arma de seducción a veces, o símbolo de la liberación femenina otras, la prenda no deja indiferente. Sujetadores con copa o sin ella, con tiras o ‘strapples’, ‘balconet’, deportivo, wonderbra o reductores, cada mujer elige el que más le favorece.
Hasta la invención del sujetador las mujeres debían sufrir embutidas en corsés metálicos incómodos y poco sensuales. Tanto es así que tras la entrada de Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial se llamó a todas las mujeres para que donaran sus corsés metálicos para uso militar (en total 28.000 toneladas de metal). Con ellos se construyeron dos naves de guerra.
En 1907 Pierre Poiret empezó a esbozar los primeros patrones de este tipo de sostén en su atelier parisino, pero no fue él quien se llevó los honores sino la estadounidense Mary Phelps Jacob, quien patenta el preciado invento en 1914 con el nombre de ‘backless brassiere’ (corsé sin espalda).
El invento tuvo una espectacular acogida entre su círculo íntimo, quienes estaban fascinadas por este nuevo corsé construido a base de dos pañuelos, una cinta y un cordel y que hacía que sus trajes lucieran mucho más escotados y atractivos. Sin embargo, la idea que tuvo Mary Phelps y que confeccionó su doncella en 1913, no se puso a la venta hasta que la creadora empezó a recibir cartas anónimas haciéndole pedidos. Sin publicidad ni marketing de ninguna clase, el negoció quebró y Mary se vio forzada a echar el cierre.
Un tiempo después, fue presentada a la encargada de vestuario de ‘Warner Brothers Corset Company’, quien le hizo una suculenta propuesta por los derechos del producto, 1.500 dólares, que Phelps aceptó de inmediato. Ya en la década de los años 20 empiezan a confeccionarse en tela elástica y en la década de los 30 nace el sujetador sin tirantes, aunque todavía con copa standart.
No obstante, la que más aportó a la correcta evolución del sujetador fue una emigrante ruso-judía en Estados Unidos, Ida Rosenthal, quien con el apoyo y ayuda de su esposo ideó un tallaje para la nueva prenda. Para ello midió el pecho y espalda de decenas de mujeres americanas, desde la pubertad hasta la madurez.
Si hasta ahora el sujetador y corsé habían servido para elevar y realzar el busto, Rosenthal se da cuenta de la moda ‘flapper’ y propone un aspecto andrógino de las féminas, con bustos pequeños y aplastados por lo que se propone alterar la tendencia que pone de manifiesto unos senos protuberantes y crea una segunda línea en la que su objetivo es disimularlo. Su experiencia como modista y unos patrones de papel hicieron el resto.
En los años 60 la prenda de sujeción y seducción se convierte en símbolo político, ante la quema de sujetadores por parte de las jóvenes hippies, quienes reclaman sus derechos y libertad sexual por medio del objeto. Cuando preguntaron a Rosenthal si la nueva tendencia podía suponer el fin de su imperio, la rusa contestó imperturbable: “Vivimos en una democracia, toda persona tiene derecho a vestirse o desvestirse, sin embargo, a partir de los treinta y cinco años la mujer no tiene figura para prescindir del sujetador. El tiempo está a mi favor”.
Y efectivamente, éste le dio la razón. En 1967 se lanzó la primera campaña televisiva publicitando este elemento, aunque no fue hasta finales de los 80 cuando se incorporó el encaje elástico a éstos. En 2000 se inventa el ‘air bra’, rellenos de aire para aumentar el volumen de los senos.
El avance tecnológico hace posible que ya existan sujetadores inteligentes, como el de ‘Numetrex’, que incorpora una válvula que toma el pulso de los latidos del corazón o el ‘Night Bra’ que previene las arrugas del escote.
Aunque estos no son los más caros, la prestigiosa firma estadounidense Victoria’s Secret ha lanzado el modelo ‘The Hearts on fire diamond fantasy bra’, con 2000 diamantes en su haber (800 kilates en total) que se cierra con la ayuda de un broche también de diamantes de 10 kilates. El capricho asciende a 6,5 millones de dólares. ¿Habrá alguien que se lo pueda permitir?

1 Comentarios:

At 12:19 p. m., Anonymous Laurita dijo...

Hola! me ha parecido muy interesante el artículo! Afortunadamente la ropa interior ha evolucionado de tal manera que se ha convertido en una segunda piel. El uso el suejtador es imprescindible para evitar problemas estéticos y lesiones, en el deporte sobretodo. Suelo comprar mi ropa interior en Venca, porque encuentro conjuntos muy sensuales y cómodos, y hasta sujetadores deportivos.
Besos!

 

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