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Cosas de mujeres

viernes, enero 20, 2012

Una buena siesta

Son ya varios los estudios que han confirmado que echarse una buena siesta, entre otros atributos, disminuye el estrés, mejora nuestro estado de ánimo, nos permite recuperar energía y mejora nuestra concentración y productividad. Pero, ¿existe la siesta perfecta? ¿Cómo hay que montárselo para aprovecharla y disfrutarla realmente al máximo?
Bueno, la 'cabezadita' ideal debe tener una duración de entre veinte minutos y media hora. Con más de cuarenta minutos entrarías en fases más profundas del sueño y correrías el riesgo de levantarte atontada, con dolor de cabeza y de mal humor.
Un sofá, un sillón o una cama, cómodos y a tu elección, es el lugar más indicado para llevarla a cabo. Será importante que tengan una tapicería confortable. En el caso de las sábanas, mejor de algodón, y sin arrugas. Los tejidos de piel o escay o las telas arrugadas pueden dejarte la cara echa un cuadro y hacer que sudes.
La mejor posición para dormir es de costado, con las piernas ligeramente dobladas y las manos por delante del cuerpo. Otra opción, en una cama, es tumbarse estirada y boca arriba. Lo importante es adoptar una postura confortable para no levantarse una sintiéndose como un acordeón.
Acuéstate con ropa cómoda y amplia, que no te apriete. Lo mejor son los tejidos naturales. Esas camisetas amplias que te pones para estar en casa pueden resultar ideales. También es recomendable descalzarse para liberar a nuestros pies de la presión de los zapatos, eso facilita que el cuerpo se relaje e invita al descanso.
Para evitar la pérdida de calor y ayudar a conciliar antes el sueño conviene taparnos el estómago y si lo deseas también las piernas, con una manta o almohada. Una habitación con una temperatura que oscile entre los 19 y los 22 grados, dependiendo de lo friolera que seas, es el lugar ideal para dormir como un lirón.
Si te cuesta dormir, puedes hacer ejercicios de relajación (concéntrate en relajar tus músculos y respira de forma lenta y profunda) o escuchar música clásica o sonidos relajantes. Otra técnica que ayuda es pensar en paisajes que te motiven para descansar, como una playa.
Intenta evitar comidas demasiado copiosas para evitar ardores y digestiones pesadas.
Apaga o pon en modo silencio tu teléfono móvil y desconecta o quítale el sonido a cualquier otro elemento que pueda despertarte. No obstante, las retransmisiones deportivas, los documentales de animales o las películas de guerra o western son como cantos de sirena para muchas de nosotras. Si es tu caso, no dudes en dejar la televisión o la radio encendida, eso sí, a bajo volumen.
Una iluminación tenue, cálida y acogedora te ayudarán a caer en los brazos de Morfeo y evitarán que te despiertes enfadada y deslumbrada. Recuerda bajar las persianas o ponerte debajo de alguna sombra para evitar no pegar ojo por culpa del sol.