Estilo, moda, belleza (y salud)

Cosas de mujeres

domingo, febrero 04, 2007

La pesadilla de las tallas

Salir de compras para renovar el guardarropa es un sueño para cualquier mujer: nuevas prendas, nuevos colores y accesorios. Pero conseguir nuestra talla puede convertirlo en un problema. Sin embargo, el sueño puede convertirse en una auténtica pesadilla cuando detrás de las vidrieras, que todo lo prometen, la sentencia de la vendedora suena demoledora: “No tengo su talla”. El problema se complica cuando los tallas mínimas, más que una tendencia de la moda, parecen convertirse en un factor indirecto de presión para acentuar la delgadez y todas, con más o menos constancia, nos sentimos “obligadas” a entrar en la bendita talla Extra pequeña. Ahora, ¿qué pasa cuando definitivamente no entras? Entonces la ropa y las mujeres reales parecemos caminar por sendas diferentes.
Como una señal de alerta, en los últimos tiempos avanzan las iniciativas destinadas a devolver a las mujeres su verdadera imagen corporal, cuestionan la delgadez extrema y tratan de reconciliarlas con sus curvas. En ese sentido fue importante la decisión de los organizadores de la pasarela Cibeles, en España, que excluyeron del desfile a modelos cuyo índice de masa corporal fuera menor de 18 (lo normal es de 20 a 25). Algo parecido hizo el diseñador argentino Jorge Ibáñez, que pesó a las modelos argentinas para conocer su masa corporal y controlar si padecen problemas de salud. Hace pocos años la campaña de jabón Dove “Por la Belleza Real”, sorprendió positivamente a todas porque apeló a mujeres de distintas edades, rellenitas y con físicos llenos de curvas.
El problema de las tallas no sólo afecta a las mujeres obesas, porque las que tienen proporciones estándares –ni excesivamente delgadas ni excedidas de peso– también encuentran dificultad a la hora de vestirse. Después de los 30, conseguir variedad de medidas en ropa atractiva y con buen diseño puede ser todo un desafío en las principales capitales del mundo, con excepción de los Estados Unidos que, como buena meca del consumo siempre tiene variedad de todo, incluso de tallas.
A cualquier edad, encontrar la ropa de calce perfecto implica una intensa actividad aeróbica: caminar, y mucho. Pero recuerda, una mujer delgada y joven puede ser sensual y otra que no lo es también; tiene que ver con la actitud.