Alfombras libres de polvo
Las alfombras constituyen uno de los artículos decorativos más usados por las personas tanto en las casas, apartamentos y oficinas. En el mercado se encuentran de distintos colores, tamaños y estilos, dependiendo de los gustos del comprador. No obstante, por la estética del lugar y la salud, es recomendable mantenerlas limpias. A continuación algunos consejos prácticos.
Reglas caseras
Entre las reglas de oro está el aspirar inmediatamente el exceso de polvo o de tierra que se vea. Es posible que si tienes hijos, éstos sean todavía pequeños por lo que igual juegan mucho en el patio de la casa, y cuando entran ensucian por completo las alfombras. Hay que ser consciente de que cuanto más aseada se encuentre la alfombra, más largo será su periodo de vida. Cuando están muy sucias, las personas pueden cepillarlas, con el uso de detergentes y el paso final, enjuagarlas.
La sal, aparte de su uso cotidiano en la cocina, puede ser útil para lavar y desinfectar las alfombras. Luego de arrojar el condimento, uniformemente, sobre la superficie, hay que enrollar la alfombra, y después de un tiempo, las personas deben aspirarla. Ésta es la mejor opción para quienes no deseen cepillar las alfombras, además así se evita el peligro de deshilacharlas.
Accidentes con líquidos
Algunos de los accidentes más comunes dentro del hogar los protagonizan los líquidos (agua, sodas, jugos u otro tipo de bebidas) cuando caen encima de ellas. ¿Una posible solución? Con el uso de un papel toalla las personas pueden absorber el líquido (OJO, este paso es importante), y luego, pasarle enseguida la aspiradora. También es importante que las personas tomen en cuenta que la alfombra no tendrá malos olores si esta limpieza se hace en la parte externa de la casa, durante un día soleado. Siguiendo estos consejos, la alfombra no sólo durará más sino que ayudará a mantener los colores vivos.
Prevenga el establecimiento de ácaros
Las alfombras pueden dar un toque de elegancia a la casa, pero también pueden ser dañinas para la salud humana. Los ácaros, microorganismos que no se pueden ver a simple vista, pueden establecerse en ellas, lo que provoca alergias o recaídas a las personas asmáticas. Antes de adquirir una para el hogar, hay que cerciorarse de que éstas sean resistentes al polvo y a las manchas.
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