¡Cuidado con los rayos UVA!
Un reciente informe del Comité Científico de Productos de Consumo de la Unión Europea afirma que el uso de camas de bronceado artificial incrementa en un 50% la probabilidad de tener cáncer de piel, y más aún si se combina con una exposición prolongada al sol. El informe hace referencia también a los datos de la incidencia del sol en las lesiones de la piel, pues afirma que en el año 2000 se registraron 35.000 casos de melanoma en Europa, que generaron 9.000 muertes. El daño del sol en nuestra piel aumenta cuando, además, se somete al cuerpo a radiaciones artificiales. Por ello, los expertos inciden, una vez más, en la necesidad de extremar la precaución, e incluso algunos sectores recomiendan que no se haga uso de ellos, en especial las personas de fototipos bajos, es decir, pieles muy claras, aquellas con muchos lunares o antecedentes familiares de melanoma. Pero, ante todo, lejos de querer levantar alarmas, lo que se pretende es que la gente esté bien informada, para que se exponga a los rayos UVA sabiendo los posibles riesgos y las precauciones que se deben tener antes de acudir a un centro con el objetivo de conseguir el deseado tono bronceado. Es fundamental, por ejemplo, usar protectores solares específicos para cada tipo de piel también en las camas de bronceado, cubrir los ojos (también ellos sufren los efectos de las radiaciones) y, además, tener constancia de que el centro al que se acude cumple una serie de normativas impuestas por el Ministerio de Sanidad. Se hace también hincapié es el uso de camas de bronceado en menores de 18 años, la franja de la población que puede resultar más perjudicada por su empleo.
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