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Cosas de mujeres

domingo, mayo 01, 2011

Cómo estar bien con uno misma y gustarse más

Estar bien con uno misma y gustarse va algo más allá del simple aspecto físico, por eso, unos cuantos consejos de belleza generales nunca vienen mal. Para estar guapa por dentro y por fuera no se necesita mucho. Dedícate algo de tiempo y verás como la vida te cambia de color...
¿Has tenido una noche movidita y al despertar semejas una especie de zombi mañanero? No te preocupes: lávate la cara con una aspirina disuelta en agua y frota sin miedo. El ácido salicílico ayuda a eliminar las células muertas y tiene un efecto purificante sobre tu rostro.
Pelo brillante. ¿Quieres conseguir un pelo que sea la envidia de todas? ¡Pues, tira de vinagre! Lávate el pelo y en el último aclarado, aplícate un poco de vinagre de manzana. Envuelve tu cabeza con una toalla y déjala ahí durante treinta minutos. Aclárate de nuevo y... ¡deslumbra! (Por cierto, si sufres problemas de caspa dile también adiós. El vinagre de manzana es muy efectivo contra esta molestia tan común. También mata los hongos y bacterias. Mezcla a partes iguales vinagre y agua y aplica la mezcla para enjuagarte el pelo después del champú.)
Medicina natural. Una mascarilla de aloe vera natural es lo mejor para tu piel. Corta una hoja y exprime la sustancia viscosa que hay en ella. Aplícatela en la cara y déjala secar. (Si lo deseas, puedes hacerlo en todo tu cuerpo.) Si te has quemado, aplica la savia de la planta sobre la herida y ya verás como no te queda cicatriz. Añadida a zumos, regenera el organismo... Vale para casi todo.
¡No valen excusas! Tomar una ducha con agua bien fría a diario puede aportar muchos beneficios a la salud. La baja temperatura del agua ayuda a estimular las defensas del organismo y aumenta la producción de glóbulos blancos en la sangre. Con este gesto, aumentarás tu resistencia frente a posibles enfermedades como la gripe, los resfriados o el asma.
El pepino a los ojos... ¡No, no es un mito!: para drenar, reducir bolsas y atenuar ojeras, nada como el viejo truco de cortar dos rodajas de pepino fresco, recién sacado del frigorífico, y descansar quince minutos con ellas sobre los párpados.
¿Te encanta pintarte las uñas pero odias tener que esperar a que se sequen? Cuando esté fijado el esmalte a la uña pero todavía no seco, introduce las manos en un recipiente con hielos o, en su defecto, bajo el grifo de agua fría. Si, además, quieres que el color dure más, ponte un poco de vinagre blanco en las uñas antes de pintártelas.
Para que tu sonrisa luzca radiante no sólo debes cuidar tu dentadura: la delicada piel de tus labios puede presentar sequedad o, incluso, grietas. ¿Tienes a mano miel? ¡Genial! Ahora pásate el cepillo de dientes por la superficie de los labios e, inmediatamente después, aplícate miel sobre ellos y déjala un buen rato (si no puedes evitar comerla, echa más). ¡Verás qué suavidad! ¡Qué jugosidad!
Exfoliante casero. Cuando hagas café, ni se te ocurra tirar los restos que quedan en la cafetera. Mézclalos con sal y aplícatelos por todo el cuerpo, insistiendo en rodillas, codos y zonas más ásperas. Después de la exfoliación, lo ideal es aplicarte aceite de almendras o, si tienes tiempo, aceite de oliva (aunque, claro está, tarda más en absorberse).
Una maravilla al alcance de tu mano: aceite del árbol del té. Este aceite, oriundo de Australia, es bactericida, antifúngico y antivírico. Se suele diluir en agua pero también se pueden aplicar dos o tres gotas directamente en la piel (granitos, aftas...). Si tu piel es grasa, añádeselo al agua de la bañera. Y, si padeces de los molestos hongos, es una solución casi infalible.
Si vas a tomar el sol, usa un bronceador con factor de protección solar 15 o superior. Aplícalo cada dos horas y después de nadar, transpirar o secarte con una toalla. Y no te fíes de los días nublados: los rayos perjudiciales no desaparecen porque haya nubes en el cielo. Un bronceado bonito pasa por una piel sana: no juegues con tu salud sólo por ponerte morena.
Estar bien también tiene que ver con lo que nos rodea. Si quieres que tu hogar huela a las mil maravillas sin necesidad de utilizar agentes químicos, ahí va: corta una naranja por la mitad, vacía la pulpa y pincha en ella clavos de olor. El ambiente se refrescará con el suave olor de los clavos.
El estrés, la falta de tiempo o las obligaciones hacen que olvidemos que el contacto físico es fundamental. Por eso, ¿qué tal un masaje en los pies una vez por semana? No hace falta ser un profesional: una cremita y mucho amor. Yo a ti y tú a mí. Por eso: ¡cuidaos en pareja! Que te den un masaje es maravilloso, pero que encima lo haga la persona a la que quieres es mejor todavía. Adelante.