Estilo, moda, belleza (y salud)

Cosas de mujeres

viernes, octubre 31, 2008

A mascar

Realizado en Gran Bretaña por el 'Wrigley Science Institute', un estudio demuestra que mascar un chicle al día nos haría perder unas mil calorías por mes.
En la prueba han participado 120 estudiantes de la Universidad de Liverpool. La mitad consumían chicle de manera habitual, y el resto querían adelgazar demostrando la investigación que masticar chicle entre dos y tres veces al día puede ayudar a perder entre 25 y 36 calorías diarias.
Los expertos aseguran que los sabores dulces de los chicles y el movimiento que realizamos al mascar ayudan a controlar "el ansia" que nos lleva al frigorífico. Nos ayuda a no picar entre horas, una de las causas principales de sobrepeso, y evita la mala costumbre de algunas de saltarnos el desayuno y la merienda, acumulando horas de hambre para la comida y la cena. Evita también que abusemos de la comida por aburrimiento, inquietud o problemas psicológicos. Y es que solemos usar la comida como una automedicación rápida por su efecto placentero. Tomar chicle nos relajaría por su sabor, tranquilizándonos además.
El estudio no habla de la incidencia del consumo de chicles en la salud bucodental de las consumidoras pero desmentir desde aquí la antigua creencia de que comer chicle es perjudicial para los dientes, ya que en la actualidad su fórmula no contiene tanta azúcar como antaño; por contra, este producto eleva un 10% la producción de saliva y por tanto, ayuda a prevenir las caries, previene la sequedad bucal y remineraliza el esmalte de nuestros dientes. No hablar ya de los beneficios psicológicos para calmar los nervios y bajar el nivel de estrés, por ejemplo, cuando conducimos. Además, masticar chicle eleva el nivel de concentración durante los entrenamientos en aquellas que practiquemos algún tipo de deporte ya que combate las paranoias e inseguridades que todas tenemos cuando estamos bajo presión. Y es un gran aliado para disminuir la acidez que sufre la boca después de una comida en la que no nos hemos lavado los dientes.
Eso sí, no nos vayamos a pasar ahora todo el día mascando. Como en todas las cosas, el abuso es malo. No debemos olvidar que masticar chicle supone un ejercicio constante de nuestra mandíbula que puede acabar provocando un desgaste en las articulaciones de la boca y provocarnos dolores agudos en esta parte de nuestra anatomía. Además, sí bien es cierto que los chicles sin azúcar no nos producirán caries, sí pueden ayudar a que nuestros dientes se muevan y acabemos por tener una mala mordida consiguiendo que nuestras piezas dentales se desgasten en exceso como efecto de roces entre las mismas.
No hay olvidar tampoco que en la elaboración de la mayoría de chicles se utilizan muchos compuestos químicos como colorantes o aromas que a pesar de que son totalmente aptos para el consumo humano pueden a la larga tener efectos secundarios, así que no es recomendable un uso continuado de este tipo de sustancias. Es preferible consumir chicles con aromas naturales.

jueves, octubre 09, 2008

La "miserable" experiencia con el botox de Courteney Cox (y lo que nosotras debemos de verdad saber)

El botox se ha convertido para muchas estrellas de la farándula en su mejor aliado para combatir los estragos que el paso del tiempo hace en sus rostros (no en pocas ocasiones, y a falta de mayor talento, su única forma de ganarse el sustento). Sin embargo, según la actriz Courteney Cox, protagonista entre otras de la famosa serie televisiva 'Friends', es un arma de doble filo, algo "fantástico y al mismo tiempo horrible" que hay que usar "con moderación". (En esto último tiene mucha razón.) Así, Courteney ha confesado que cayó en la tentación de inyectarse este compuesto que alisa el rostro y resta arrugas, pero que a la vez la hizo sentirse "miserable": "Quiero decir, soy actriz, tengo que ser capaz de mover mi cara. Cuando la gente empieza a estropear sus frentes o no pueden levantar sus cejas, resulta muy extraño". En este sentido, matiza: "No es que no haya probado el botox, pero lo he terminado odiando".

Botox

El botox (su nombre genérico es "toxina botulínica tipo A", aunque se la conoce como Botox, que es el nombre comercial de uno de los laboratorios que la elaboran) es la forma diluida de la toxina botulínica usada inicialmente para tratar espasmos musculares, y en la actualidad es uno de los tratamientos que ofrece mejores resultados para eliminar las arrugas sin tener que pasar por una intervención quirúrgica. Tras su infiltración con una aguja extra fina en el músculo debajo de la piel de la zona que queramos tratar, la toxina actúa inhibiendo por relajación el movimiento muscular; con este efecto se consigue hacer desaparecer las arrugas y por tanto proporcionar un aspecto más rejuvenecedor en la piel. Eso sí, los efectos que produce no son naturales y siempre hay que estar asesorada por un muy buen especialista.
Señalar que el botox también tiene usos médicos muy importantes, por ejemplo, recientemente se ha comprobado que puede controlar la parálisis cerebral. El uso de este medicamento, con la ayuda extra de las terapias, pueden dar a las personas con este tipo de problemas una mejor calidad de vida.
Las primeras investigaciones comenzaron en los años 60 en EE.UU. Se pretendió utilizar como agente terapéutico para el tratamiento de enfermedades relacionadas con desórdenes neurológicos, caracterizados por una involutaria contracción muscular. Durante muchos años, los oftalmólogos estudiaron la sustancia para tratar espasmos involuntarios de la musculatura de los párpados, tics,… Hoy día, algunos médicos lo usan para disminuir el sudor y para hacer una serie de pequeñas extracciones que paralizan los nervios que estimulan las glándulas sudoríparas.
El mecanismo de acción de la toxina botulínica consiste en una inhibición de la acetilcolina de la terminación nerviosa, con lo cual el músculo no se puede contraer. Posteriormente, y en respuesta a la inactivación neuromuscular, se generan nuevas terminaciones nerviosas para restablecer el contacto con el músculo. Estas nuevas terminaciones nerviosas contactan con el músculo y se forman nuevas uniones neuromusculares y se restablece la neurotransmisión. El proceso dura varias semanas, pero la función muscular completa no aparece hasta pasados 4 ó 6 meses.
La toxina botulínica tipo A (Botox) es la más potente de las ocho producidas por la bacteria Clostridium Botulinum. Esta toxina consigue, mediante la parálisis selectiva de ciertos músculos del rostro, reeducar los movimientos faciales, para que el paciente no vuelva a usarlos y evitar así la formación de arrugas. La toxina botulínica tipo A se ha venido utilizando en oftalmología, para el tratamiento del estrabismo y del blefaroespasmo, y en neurología, para diversas patologías derivadas del Parkinson, desde hace muchos años. Pero sólo a finales de los 80 se inició su uso en Medicina Estética para el tratamiento de las arrugas de expresión, y, más tarde, se vio su utilidad en el tratamiento de la hiperhidrosis.
Para fines cosméticos, los pacientes que tienen acceso a esta técnica pueden empezar a edades relativamente jóvenes, a partir de los 30 años, para erradicar las arrugas del entrecejo o las patas de gallo. El tratamiento debe ser repetido cada 3 a 6 meses para mantener el efecto, pero en muchos casos se distancian progresivamente las dosis, ya que el paciente rompe de algún modo con el hábito de gesticular con esa zona tratada, librándose así de una expresión que puede indicar enfado o cansancio cuando, en realidad, se trata a menudo de una costumbre.
El uso en Medicina Estética de la toxina botulínica se da en la: corrección de las arrugas del entrecejo que se producen con el movimiento. En la corrección de las patas de gallo, de arrugas de la frente, de bandas en el cuello que se producen durante la contracción de músculos superficiales (no corrige las bandas estáticas que resultan de la flacidez cutánea). En la corrección de arrugas de expresión inestéticas en la nariz. En la elevación "química" de las cejas (no corrige casos de descendimientos pronunciados de las cejas). En la reducción de sudoración axilar y de las manos en casos de sudoraciones resistentes a otras formas de control. (Dentro de lo anecdótico, el tratamiento se ha popularizado en Estados Unidos para evitar el resbalón producido por la sudoración en el talón en usuarias de zapatos de tacón alto.) Se ha descrito y comprobado su eficacia en el tratamiento de ciertos dolores de cabeza debidos a tensión muscular (cada caso de dolor de cabeza debe ser valorado médicamente si es frecuente o intenso, pues sus causas pueden ser muy diversas). También, se supone que la sonrisa más estética es aquella que muestra únicamente los dientes pero hay personas que al sonreír enseñan las encías y esto puede solucionarse inyectando pequeñas cantidades de botox en el músculo elevador del labio superior. También corrige el aleteo nasal exagerado al sonreír, mediante inyección de botox en el ala nasal.
El botox es, pues, una sustancia segura con muy pocas contraindicaciones y una vez realizada la aplicación de la misma, la paciente puede reincorporarse a su rutina habitual puesto que no se requiere ingreso en el centro médico. No se usa en mujeres embarazadas porque todavía no hay estudios suficientes para demostrar que el tratamiento sea seguro sobre ellas. Cuando se usa el botox en cantidades grandes, como en el caso del cuello, el cuerpo puede crear defensas naturales en contra de la bacteria. En este caso no produce ningún efecto. Esto ha hecho que algunos médicos piensen (pero no hay estudios que lo confirmen) que con el tiempo el botox se podría volver inefectivo. No obstante, su uso, aunque seguro, es en extremo delicado. En primer lugar, hay que tener un conocimiento preciso de la anatomía humana, así como del manejo de las dosis y los instrumentos. Entre los efectos colaterales más frecuentes se encuentran: parálisis facial, ptosis palpebral o caída del párpado y cefaleas (12 a 24 horas después de la aplicación). Sin embargo, la distorsión no es para siempre. Después de cuatro o seis meses, el desagradable efecto habrá desaparecido. También es probable que aparezcan pequeños hematomas en alguno de los puntos de inyección, que desaparecerán tras unos días. Su uso con fines estéticos (aunque no está contraindicado) no es recomendable en menores de 20 años ni en mayores de 60.
Importante destacar y recalcar de nuevo que el buen resultado dependerá de la técnica, y ésta se basa en el perfecto conocimiento de la anatomía, por eso, es imprescindible que sea llevada a cabo por un experto en la materia. Las interesadas deberéis aseguraros de estar en buenas manos antes de exponeros a este tratamiento y no os hagan un estropicio. Si se hace mal se puede llegar a paralizar el músculo con la consecuente pérdida de expresividad en el paciente. Es necesario que el profesional conozca bien la anatomía y sepa cómo funciona para evitar problemas de asimetrías (una ceja más levantada que otra, arruga muy pronunciada en la nariz) o irregularidad en la cara. Es importante que el especialista os informe adecuadamente sobre el objetivo del tratamiento, el procedimiento de administración, los beneficios esperados y la duración del efecto, así como de las incomodidades y riesgos que pudieran derivarse de su aplicación.
Durante las cuatro horas posteriores a la aplicación, no deberéis apoyaros ni restregaros la zona tratada para evitar que el medicamento inyectado se difunda hacia zonas no deseadas. El efecto comienza a observarse alrededor de los cuatro días y es completo en torno a los diez, por tanto, aquellas de vosotras que tengáis en mente asistir a un acto social, deberéis realizaros el tratamiento con un mes de antelación para que el efecto botox verdaderamente se note y para que hayan podido desaparecer los hematomas en caso de que os llegaran a salir.
Es interesante comentar que, según recientes investigaciones, cuando se administran en combinación con terapia física, las inyecciones de botox pueden ayudar a fortalecer los músculos débiles y posiblemente restaurar el movimiento normal en los niños con parálisis cerebral, uso este de gran interés y probable desarrollo futuro.

domingo, octubre 05, 2008

El bikini inteligente

Bikini inteligenteLa tecnología aplicada a la ropa avanza a pasos agigantados haciéndonos así la vida mucho más cómoda.
Recientemente se ha puesto a la venta -hasta el momento sólo en Reino Unido- un tipo de bikini que nos avisa del riesgo potencialmente peligroso de los rayos uva.
La apariencia del bañador, como veis en la imagen, es similar a la de cualquier otra prenda de baño, salvo por las bandas que forman parte del sistema de cierre de la prenda y que de un color morado pálido inicial va cambiando de color a un morado intenso dependiendo de la mayor peligrosidad de los rayos del sol que en ese momento estemos tomando (si ampliáis la foto veréis mejor la barra de baremo y es que el bikini se acompaña de una pequeña tabla de equivalencias donde se indica el tipo de factor de protección solar indicado para cada color.)
Sus inventores aseguran que el sistema es efectivo incluso en los días nubosos, cuando contra toda lógica, los bañistas pensamos que los rayos del sol no perjudican tanto a nuestra piel.
Anualmente y solo en Gran Bretaña, 8.000 nuevos casos de cáncer de piel son diagnosticados, y nada menos que 1.800 personas mueren por este motivo. Es por eso que ha llegado esta nueva y útil prenda para echarnos un cable y avisarnos de cuándo es mejor que buscamos algo de sombra.
Denominado por los mismos invetores como "bikini inteligente", se llama SmartSwim y cuesta alrededor de 50 libras (73 euros - 98 dólares) y ha sido desarrollado por 'Solstrom', una empresa textil canadiense.

viernes, octubre 03, 2008

El secreto de Victoria Beckham: guantes y medias para dormir

Victoria Beckham ha aireado uno de sus secretos de belleza mejor guardado y que le permiten mantenerse espléndida a pesar del paso de la edad: duerme con guantes de algodón blanco y con medias: "Antes de meterme en la cama me unto bien de crema hidrantante piernas y brazos, y luego me pongo las medias y los guantes para que la acción sea más efectiva". De esta manera, la ex Spice Girl logra que la piel esté nutrida, supuestamente, toda la noche. Sin embargo, sus tratamientos no convencen del todo a su marido, el futbolista David Beckham, que piensa que está "loca" cuando la ve acostarse de semejante guisa. La cantante asegura que éste es uno de sus diez rituales de oro para mantenerse joven. Otro de ellos sería el cuidado de las pestañas: "Siempre pensé ’sólo son pestañas’. Ahora, sin embargo, me las cuido más que antes. Las cepillo con sumo cuidado", admite.
Por último, ha explicado que su reciente cambio de residencia de Madrid (España) a Los Ángeles (Estados Unidos) le ha ayudado a mejorar sus "hábitos saludables": ahora hace deporte cuatro veces por semana. En cuanto a su práctica [de deportes], Victoria ya ha revelado otras veces que odia "el chandal y el zapato plano". Por eso, ha encontrado en el pilates un aliado: "Para las clases de pilates puedes llevar calcetines y, además, no sudas". Y es que Victoria Beckham le tiene un pánico tremendo a envejecer. Hace un tiempo ya aseguró que temía que el clima de Los Ángeles le atribuyera más arrugas y ahora acaba de confesar su curiosa técnica para combatir el paso de los años. Pero ojo que Victoria no es la única que huye del paso del tiempo, hay otras famosas que son capaces de hacer de todo por no envejecer.

miércoles, octubre 01, 2008

Lamentable: ¡Se rifan tetas!

En tiempos de crisis, hay que afinar el ingenio para lograr llenar las discotecas argentinas. Eso ha debido pensar algún energúmeno -que cuando menos debería asistir a discotecas en las que rifen cerebros- ya que en este país varios de estos locales de ocio ofrecen participar en el sorteo de una cirugía para agrandarse los senos a quien compre una entrada olvidando que al poner una cirugía como premio se la banaliza porque al ser algo gratis, la ganadora puede no darle valor a los numerosos riesgos que va a correr. Así, no es de extrañar que una joven de 18 años afirme extasiada que "todas nos morimos por sacar el número ganador".
El fenómeno ha llegado a un nivel tal de degradación que incluso se ha celebrado una fiesta temática bajo el título 'Yo quiero mis lolas (tetas)' a la que acudieron miles de jóvenes.
Los implantes mamarios por razones estéticas representan la mitad del total de operaciones estéticas en Argentina. El coste allí de un implante mamario ronda los 10.000 pesos (unos 3.300 dólares) por lo que, a diferencia de otros países, las operaciones estéticas de implantes mamarios tienen un bajo coste. Así, muchos extranjeros visitan el país para provechar la calidad de los trabajos, además de lo económico. Pero la promoción comercial mediante absurdos sorteos de cirugías estéticas ha sido, como no podía ser de otro modo, duramente criticada por especialistas: "No se puede rifar un implante (mamario) como si fuera un electrodoméstico".
Y es que el implante mamario en manos expertas y gracias a los avances experimentados en la composición de las prótesis y en la planificación de la cirugía, es una intervención muy segura y satisfactoria; pero ¡no está exenta de riesgo! De ninguna manera. Dos de los riesgos más frecuentes son la contractura capsular (o endurecimiento de la mama) y el desplazamiento de las prótesis. La frecuencia de la contractura, no obstante, ha disminuido mucho: ha pasado del 24 al 1,2 por ciento en los últimos quince años; asimismo, el estudio exhaustivo del lugar de introducción y de colocación de los implantes ayuda a reducir el riesgo de desplazamiento.
Otra de las cuestiones que hay que tener en cuenta ante una operación de esta índole es la posibilidad de que aparezca un cáncer.
También, algunas mujeres pueden sufrir daño en los nervios que dan sensibilidad a la piel, y muchas experimentan anestesia total en el área del pezón o hipersensibilidad, que se manifiesta como dolor al menor roce.
Hasta el 9 por ciento de los implantes se vacían al cabo de tres años.
Otra investigación halló que 2/3 de los implantes estaban rotos (en mujeres que no reportaban ningún problema) y no es raro que la solución salina de los implantes se convierta en un caldo de cultivo lleno de bacterias.
Por supuesto, también, están las consideraciones estéticas: apariencia anormal, asimetría, consistencia desigual,... lo que puede llevar a desórdenes psicológicos importantes.
¿Contarán todo esto los payasos de grandes ideas de la discoteca a las jóvenes adolescentes a la compra de su respectiva entrada? Mucho me temo que no.